Los antioxidantes
Mitos y realidad.
Cientos de publicaciones, videos y diversas divulgaciones están publicando desde hace tiempo información
sobre los beneficios en la salud de los
antioxidantes que generaron un gran entusiasmo en occidente. El consumo de estos productos se hizo masivo
con la esperanza de evitar enfermedades
de toda índole y prolongar la vida.
Los
Laboratorios Farmacéuticos
salieron a ofrecer todas las combinaciones posibles de antioxidantes, minerales
y vitaminas.
¿Pero cuan de cierto hay, desde las ciencias
médicas, en todas estas especulaciones?
Primero deberíamos hablar de lo que significa
el stress oxidativo.
La inflamación y el stress oxidativo de las
grasas en sangre
Las
vitaminas
Las vitaminas son componentes orgánicos
necesarios para el correcto funcionamiento de diversos metabolismos. En
pequeñas cantidades, salvo la vitamina D, todos deben ser ingeridos ya que no se producen en nuestro cuerpo.
No debemos confundir estos componentes con los
minerales, como el calcio y el hierro, que son micronutrientes necesarios para
la vida (por eso los denominamos esenciales).
Si bien la carencia de estos nutrientes
generan estados patológicos (anemia, pelagra, raquitismo, etc.) no está aún
establecido que los suplementos con vitaminas puedan prevenir o revertir enfermedades
crónicas como arterioesclerosis o cáncer.
Cuando decimos “establecido” es porque la medicina actual está basada en la
evidencia que implica que, trabajos estadísticos serios demuestren o no, un
beneficio certero sobre la salud. Para
esto se requieren que miles de personas
que ingieren una sustancia o adhieren a una determinada dieta sean
comparados con similar número de personas que usaron un placebo o que no
emplearon dicha dieta.
A su vez las personas deben ser del mismo sexo
y grupo de edad con el que se compara. El trabajo debe estar confeccionado
estadísticamente en forma perfecta y realizado a lo largo de un período conveniente.
De esto surge una conclusión “significativa” con la que podemos aseverar un
beneficio o un perjuicio. Puede ser analizando la mortalidad o la aparición de
enfermedades.
Si bien desde la óptica fisiológica sería
lógico que vitaminas antioxidantes (A y
C) ayuden a mejorar el envejecimiento de
las arterias , el análisis responsable de todos los trabajos serios realizados
hasta aquí no permite aseverar que su
consumo disminuya el riesgo , por ejemplo de un infarto cardíaco o un accidente
cerebrovascular.
Los datos que obtenemos de la bibliografía nos
arrojan confusión, por ejemplo con el ácido
fólico.
Este nutriente presente en vegetales, carnes, granos
y frutas escasea en la dieta de poblaciones marginadas geográfica o
socialmente. Su carencia, junto con la vitamina B12 produce anemia
megaloblástica y posibles lesiones neurológicas.
Es útil en la prevención de malformaciones
congénitas del tubo neural y se les prescribe a las mujeres que buscan embarazo
o a las ya gestantes con buenos argumentos estadísticos.
Respecto del cáncer, si bien hay observaciones
que disminuyen la incidencia de Cáncer de colon y mama estudios mejor diseñados
no apoyan estas sospechas incluso otros trabajos que evalúan el ácido fólico para otras enfermedades (por ejemplo cardíacas) su alta ingesta, se
vio asociada a mayor incidencia de cáncer de próstata. Por estas y otras
razones menos comprensibles la
sugerencia es no ingerir ácido fólico o vitamina B12 como prevención de
enfermedades crónicas. Otros estudios en
diferentes grupos evidenciaron que la ingesta de ácido fólico reduciría el
riesgo de hipertensión arterial en mujeres y provocaría una pérdida de audición
a los tonos bajos.
ANTIOXIDANTES
Respecto de los antioxidantes como la vitamina
A, C y E así como el betacaroteno,
podemos decir que en múltiples observaciones,
se ha encontrado un notorio beneficio en el riesgo , tanto de aparición de
cáncer como de enfermedades vasculares. Pero hay que advertir aquí que , como
en todos estos estudios tan amplios, no sabemos si hay que atribuir el éxito a
los antioxidantes o a otras implicancias ya que , por ejemplo, la gente que
ingiere más verduras y frutas tienen
mejor estilo de vida, comen menos carnes e ingieren otras sustancias , como
flavonoides, que son más que saludables .
Por esta razón es que siempre sugerimos,
cuando el intestino lo permite, adherirse a una dieta rica en verduras,
cereales y frutas.
No es más importante saber qué es lo que
produce el beneficio que el beneficio mismo y, finalmente, siempre es
preferible que los nutrientes sean
ingeridos en su estado natural y no en suplementos procesados. Por otro
lado ningún trabajo realizado con suplementos de antioxidantes evidenció
grandes mejorías en el pronóstico tanto de cáncer como de enfermedad
arterioesclerótica.
La deficiencia
de ingesta de vitamina A en niños impacta en su inmunidad aumentando su
mortalidad en internaciones por ejemplo por sarampión , pero esto ocurre solo
en países en vías de desarrollo por lo que la OMS (Organización Mundial de la
Salud) sugiere su suplemento en niños solo en esos países.
En otro sentido, el exceso de Vitamina A
(sobre todo un componente como el retinol) en suplementos a través de los años
produce en mujeres mayor riesgo de fracturas de cadera.
Para el caso de la Vitamina C , si bien es
claro que mejoras las defensas inmunes y favorece la cicatrización de heridas
así como que está indicada en individuos con actividad física extrema o que trabajan
en climas hostiles no hay evidencias que sus suplementos prevengan alguna
enfermedad tumoral o cardiovascular.
En el caso de la Vitamina E, la cual , por
observaciones , se esperaban exitosas respuestas preventivas en diferentes
enfermedades, los estudios desaniman a su empleo preventivo.
Importantes estadísticas demuestran que el
suplemento de vitamina E no es útil para mejorar la aparición ni el pronóstico de las
enfermedades vasculares, el cáncer, la demencia
y las infecciones. Incluso su
ingesta excesiva puede favorecer el riesgo de aparición de cáncer de
Próstata. Respecto del accidente
cerebrovascular mejoró levemente el
riesgo del infarto cerebral y empeoró el
del hemorrágico (para que se entienda, derrame cerebral).
Con distintas expectativas y desilusionantes
respuestas, los suplementos de ,tanto las Vitaminas B2 Rivoflabina, B6 (piridoxina) asi como la B23
(Cianocobalamina), no han producido
beneficios en ninguna de las enfermedades hasta aquí descriptas.
Los preparados multivitamínicos varían
intensamente en sus dosis y composiciones y, en general, solo están indicados
en personas con deficiencias dietéticas, alcoholismo, mala absorción, veganismo,
cirugía gástrica o errores hereditarios de metabolismos.
Como regla general , salvo casos puntuales de
selectos grupos (como los explicados para el ácido fólico y la vitamina D y
B12) no debe prescribirse suplementos vitamínicos o de antioxidantes si la
alimentación es la adecuada y completa.
No debemos menospreciar los riesgos que el uso
excesivo de estos suplementos conlleva.
No es una buena idea consumir productos de venta libre con distintos nutrientes
y preparados de fibras y demás componentes.
Si se van a realizar ejercicios extremos o que
requieran de un desarrollo aeróbico o muscular es preferible consultar antes
con un deportólogo o médico general que
evaluarán los requerimientos o eventuales deficiencias y decidirá si es preferible una evaluación
cardiovascular o nutricional previa.
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