jueves, 6 de junio de 2013

Malditas Cervicales.





Cerca del 10 por ciento de las personas tiene dolores cervicales, por fortuna, de éstos solo el 1 % será por lesiones neurológicas  de mayor severidad.
Pensemos primero en el significado de tener el cuello dolorido y duro. Una simple contractura. La dolencia habitual de la vida urbana.
Por el dolor y la rigidez nos movemos lentamente, tenemos que girar con el tronco, lo que significa un trastorno, por ejemplo  a la hora de estacionar el auto, nos duele mirar súbitamente a un costado, o apoyar la cabeza en nuestra almohada o fijar la mirada un tiempo prolongado. El humor y la concentración se derrumban.
Si miráramos más allá en significados, si se quieren figurados, tener rígida la base de nuestra cabeza es, en alguna forma, encarar nuestra cotidianeidad  con una postura  defensiva.
La realidad o parte de ella nos supera, nos domina y, cual templarios,  debemos calzarnos una armadura.
Es aquí donde hay que reaccionar y no esperar que una tableta, unos masajes y un poco de ondas y calor nos  solucionen el problema.
La verdad es que la mejoría del síntoma no ha resuelto el problema de fondo.
Progresando aún más podemos decir que si somos superados por la realidad circundante es porque no somos, en un todo, propietarios de nuestra persona. La vida nos está presionando y las cervicales son nuestra luz amarilla.
Cada médico, tras descartar enfermedades probables, debería hacer reflexionar  a sus pacientes que así como nos ponemos rígidos ante circunstancias de nuestra rutina en nuestro interior hay otros cambios. El stress, la vida misma.
Si el problema o nuestra actitud hacia él no se resuelven con los años, la  rigidez promueve cambios degenerativos en la columna vertebral que son más problemáticos.
Porque nos contracturamos?
Stress
Con el stress a cuestas nuestro sistema neurovegetativo libera hormonas (cortisol) y catecolaminas (adrelanina y otras) en forma sostenida  con lo que nos encontramos en una situación de alerta sin necesidad.
Las cervicales son solo una de las manifestaciones. El trabajo cardiovascular aumenta inútilmente, preparándonos para un enfrentamiento que habitualmente no sucederá (salvo en nuestra mente). La presión arterial sube, la glucosa aumenta y sobretodo nuestra mente zigzaguea en la ansiedad por los distintos bancos de memoria trayéndonos  imágenes del presente y del  pasado habitualmente inútiles. Todo un caos que nos convierte en una especie de zombies .
El  stress no solo desencadena las contracturas sino que además retarda la recuperación y facilita las recurrencias. Los ejercicios respiratorios que ya comenté en el capítulo de respiración consciente son excelentes como tratamiento y prevención.

Otras causas son  las malas posturas y los malos hábitos al dormir.
El dolor y la rigidez se ubican en el cuello, los hombros y la parte alta de la espalda.
Este cuadro sin tratamiento puede durar hasta 6 semanas.
Las Causas.
La contractura es en realidad un mecanismo de defensa   y lo habitual es que ocurra luego de una injuria o daño muscular. Esta inmovilidad pretende que el músculo se regenere.
Una  causa frecuente es la llamada Espondilosis donde ya hay cambios degenerativos por compresión  de los discos intervertebrales. Por el desgaste  y  crecimiento del hueso (espolones)  además de dolor y rigidez se puede producir compresión de los nervios que activan los brazos y hombros.
El 90 % de los compromisos de los nervios se producen por esta patología.
Si bien es lógico el deterioro de los huesos con los años este puede anticiparse y producir síntomas en etapas activas de la vida.
Cuando el agente causal es la lesión de uno o más discos, el compromiso de la raíz nerviosa puede producir dolores en hombro y brazos así como rigidez por espasmo muscular.
En estos casos las molestias siempre son de un lado y la causa es la presión excesiva sobre los discos  con ruptura de la capsula que los contiene y herniación del material gelatinoso que comprime los nervios que salen de la médula nerviosa.
Una presentación distinta es el llamado Sindrome Facetario.  Se produce por el compromiso de las articulaciones laterales de las vértebras (facetarias). Es habitual tras una posición de extensión forzada hacia atrás de la cabeza en forma prolongada o con más frecuencia por un traumatismo (el más común es el latigazo hacia atrás por un  choque ). Aquí el dolor puede ser en el cuello, en la base de la cabeza o en los hombros. Suele acompañarse de contractura.
La Radiculopatia cervical  en cambio es ya la compresión directa del nervio por problemas en el hueso o en el disco  ya sea por artritis, masas ocupantes (por ejemplo un quiste) o una lesión con protrusión de un disco. Aquí la debilidad, dolor o trastornos de la sensibilidad se hacen presentes  en la región del nervio comprimido.
Cuando alarmarse?
Si el dolor es muy intenso o hubiera un traumatismo, dificultades para el control esfinteriano o intestinal, si hay cambios en la sensibilidad de brazos o piernas o si el dolor no comienza a mejorar luego de una semana con tratamiento sintomático se impone la consulta con el especialista.


Tratamiento:

Los analgésicos antiinflamatorios son útiles, cuando el cuadro es más severo o falta la respuesta, se pueden agregar relajantes musculares o antidepresivos que ayudarán al mejor dormir.
Respecto del frío o calor podríamos decir que ante el dolor agudo es preferible el frío. No funciona en todos los pacientes pero es útil probar. Una buena medida es congelar agua en   vasitos de papel y  dar golpecitos en el área dolorosa durante 5 a 7 minutos.
Para casos de contractura intensa o tortícolis se puede colocar una bolsa de hielo o una bolsa porotos o garbanzos congelados envueltos en una toalla seca y dejar actuar entre 15 a 20 minutos para que penetre en profundidad. Esto se puede repetir cada dos a cuatro horas hasta que mejore el cuadro o haga efecto la medicación . Se debe cuidar la piel prestando atención , sobretodo en gente de piel sensible o muy pigmentada, si hay cambios de coloración se interrumpe y se consulta.
El calor suele ser útil también, 10 o 15 minutos de ducha o toalla húmeda en el microondas  pero en los casos agudos solo si hay intolerancia al frío. Ojo con las quemaduras, los microondas son traicioneros.
Los masajes son útiles principalmente para las contracturas, mejor si se emplea luego del calor. Se puede utilizar un vibrador eléctrico o presionar con las manos los músculos laterales y posteriores . Siempre se debe estar con la cabeza apoyada.
Ejercicios.  Los ejercicios de estiramiento son de gran utilidad. Deben ser realizados a la mañana y a la noche mejor luego de una ducha caliente. Se deben realizar con suavidad movimientos giratorios laterales y de adelante a atrás. No están permitidos si hay dolor o trastorno de sensibilidad en los brazos u hombros.
Se debe inclinar la cabeza adelante tratando de tocar la pera con el esternón durante 10 segundos exhalando cuando se está moviendo y deteniendo la respiración durante la postura fija. Repita esto 10 a 15 veces y luego relaje hacia atrás inspirando. Lo mismo puede hacer con las rotaciones pero nunca forzando sobre el dolor. Se debe mirar al costado deteniéndose unos segundos respirando y volver al centro igual cantidad de veces siempre de ambos lados.
Otra variante es tratar de tocar la oreja con el hombro sin levantar éste con la misma frecuencia y ritmo.
Si aparece el dolor o la tensión deténgase y contenga la respiración.
Los ejercicios de rotación ayudan mucho: se debe sentar en una silla colocar las manos entrelazadas sobre la nuca y girar rítmicamente al compás de la respiración hacia cada lado , mejor si la detenemos al llegar a cada limite durante unos 5 segundos.
Respecto de los hombros puede dejarse los brazos a un lado y tratar de pellizcar los omóplatos rotando hacia adelante 10 a 15 veces como si estuviera remando sin olvidar de la respiración rítmica.
Postura, consejos útiles.
·         El primer paso para evitar contracturas posicionales es no mantener la cabeza en rotaciones forzadas durante mucho tiempo,.
·         Si se trabaja frente a una PC se debe evitar estar sentado en la misma posición , es útil cambiar al menos 5 minutos y , por ejemplo,  que el monitor este a la misma altura que los ojos.
·         Las mochilas y los niños en los hombros son malos hábitos para las cervicales. Si es posible use mochilas con ruedas o transporte a los niños en rodados.
·         Piense en mantener sus hombros atrás el mayor tiempo posible.
·         Cuando conduzca automóviles trate de apoyar los brazos.
·         A la hora del descanso, si duerme boca arriba use una almohada baja , un pequeño almohadón bajo las rodillas  aplana la columna y relaja las cervicales. Si duerme de costado utilice una almohada más alta para que no cuelgue su cabeza. Evite dormir boca abajo con su cabeza rotada.
·         Si va a levantar cosas pesadas del suelo sus piernas flexionándolas y no su espalda inclinándola.
Hay otras alternativas  para el tratamiento como la acupuntura, el biofeedback, collares cervicales, infiltraciones, estimulación eléctrica, fisioterapia, quiropraxia y tracción cervical que pueden ser útiles siempre y cuando estén indicadas por su médico y que su efector sea confiable. De más está decir que el yoga, la meditación, la música y la lectura son las mejores terapias de fondo. En otros casos es necesario acudir a la sicoterapia.
Vivir dolorido y duro es indeseable.


 No olvidemos lo que nos dice el novelista André Malraux: “Todo hombre se parece a su dolor”.






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